Mi nombre es Patricia estrada Rodríguez, vine de Colombia y gracias a haber participado de los talleres, que se imparten en asociaciones y en especial CANDOMBE, y en proyectos como, voces contra el patriarcado, he descubierto que tengo talentos, miedos e inseguridades. Estoy trabajando en ellos, para mejorar cada día mi calidad de vida y la de mi entorno, espero seguir en ellos, gracias, gracias, gracias.

Patricia Estrada Rodríguez

 

Yo soy, porque nosotras somos

Me han pedido que escriba una redacción de lo que para mí ha significado, participar como una más en el proyecto «Voces contra el patriarcado» llevado a cabo por Candombe.

En primer lugar, he de dar infinitas GRACIAS a todas las personas que se atrevieron a llevar a cabo un proyecto de forma presencial, en pleno proceso de «desconfinamiento», tanto a Rosario Polito como al resto del equipo, que siempre ha estado ahí para apoyar la organización: Luis, Eugenia, Celia, Alfredo, Joaquín… Gracias porque había que tener ganas de seguir viviendo, aún con miedo…

En lo personal, el haber podido formar parte de este proyecto como una más, me ha venido como la medicina que no sabía que me hacía falta. Participar en las clases de yoga con la profe Melissa Castañeda, el poder hacer los círculos de confianza, soltar lo que me agobia y agradecer lo que me ilumina la vida, es una gran fortuna.

Saber que cuento con un espacio físico, donde, una vez a la semana, me voy a sentir arropada, hace mucha falta.

Me llevo las risas del karaoke y me quedo con gamas de más… Me llevo el poder apoyarnos unas a otras… Me llevo aprendizaje comunitario…

Me llevo el aprecio y la fortaleza de las compañeras, que a pesar de estar atravesando por circunstancias especialmente complicadas, siguen adelante, con ganas de bailar, de reír, de vivir en paz y de hacer comunidad.

Gracias por tanto y no me canso de repetir que «Yo soy, porque nosotras somos». (Sabiduría de la cultura Sudafricana).

Marcela Bahamón

 

 

 

Mi paso por Candombe

Hace año y medio llegué a la asociación Candombe con muchas ganas de encontrar un grupo donde fueran migrantes como yo. Mi gran sorpresa fue que en este lugar desde el primer momento me sentí aceptada y que escuchaban nuestras diferentes historias sin juzgarnos y participado en algunos talleres  y diferentes actividades. Cada vez que voy es una gran sensación de aceptación, calidez humana, empatía… una familia.

En este año he pasado por terribles momentos en mi vida y he sentido ese apoyo. No han dejado que me hunda en una depresión. Rosario y todo el equipo de Candombe han estado pendientes de mí y eso me hace sentir querida y valorada como ser humano.

Para mí, llegar a Candombe fue lo mejor que me pudo pasar. Ojalá que esta asociación siga teniendo estos proyectos que son de gran ayuda para las mujeres migrantes de diferentes nacionalidades, para que otras mujeres como yo puedan participar en estos talleres. Van a ver un gran cambio del antes y después de su paso por Candombe.

Lo que yo siento es puro agradecimiento.

GRACIAS CANDOMBE por todo.

Susy Fernández